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Las playas más recónditas de A Illa figuran entre los lugares más recomendados por los naturistas para disfrutar de la naturaleza y del mar sin bañador ni tapujos.
«Pequeñas calas, no urbanizadas. Arena fina, aguas tranquilas y limpias, alejadas de poblaciones». Así describe la página web lugaresnaturistas.org los arenales más recónditos de A Illa: los que se abren al fondo del parque de O Carreirón. En esas playas no resulta extraño ver, en verano, a hombres y mujeres desnudos. De hecho, cada año son más los nudistas que buscan el idílico marco de las calas para dar rienda suelta a toda una filosofía de vida. Ese «espectacular» aumento de visitas, según lo definen los propios nudistas, se debe a que los diminutos arenales «se encuentran en un Parque Natural, a que el paseo para acceder a ellos es muy agradable, y a que el premio merece la pena». De hecho, en lugaresnaturistas.org no dudan en asegurar que esa zona es candidata a «ser una de las áreas nudistas bandera de los próximos años».
Las citas y los halagos a las calas de Carreirón son unánimes en todas las webs naturistas en las que se incluyen listados de playas a las que pueden acudir todos aquellos que quieran bañarse desnudos sin tener que dar explicaciones o protagonizar disputas (no existe ningún impedimento legal que relegue a los nudistas a arenales específicos). De hecho, el parque natural de A Illa ha sido, durante años, un ejemplo de convivencia pacífica entre quienes prefieren el bañador y aquellos otros que consideran innecesario su uso.
Pero hay quien vaticina que pronto podría empezar a haber roces entre los dos modos de vida. Aunque hasta la Policía Local de A Illa aún no han llegado las quejas, algunas de las mujeres de la localidad que habitualmente pasean por Carreirón aseguran haber tenido ya algún encontronazo con los naturistas.
Esmeralda es una de esas mujeres. Hace unos días, cuando paseaba por el parque natural, se encontró primero con una pareja de nudistas que se había acomodado en el camino que cruzaba sobre la playa. Estaba la marea alta, razona la mujer, y a los bañistas no le quedaba más remedio que encaramarse fuera del arenal para disfrutar de la tarde. «Eso no me molestaría, y eso que estaban ya en una playa que no suelen frecuentar los nudistas», cuenta la mujer. Pero «un poco más adelante, me encontré con un chico que iba con una camiseta puesta, y sin nada por debajo. Si iba así, lo único que se me ocurre es que lo hacía por provocar», cuenta esta isleña. A su juicio, «habría que hacer algo para regular el nudismo en el parque». Señalizar las playas más utilizadas por los naturistas y evitar «que acabe habiendo unos problemas que nosotros nunca tuvimos».
Más información en
http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2007/04/28/5758790.shtml
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